Despistarse, esconderse, estar dormido,
inquieto, aletargado, “de aquel modo”,
atontado y feliz, enamorado
de aquel cuerpo sublime perseguido.
Los ojos que se cierran, convencidos
de que es mejor dormir, ya sosegados;
y el pecho que se alza encabritado
como un blanco corcel desconocido.
Fingir, y no poder, que le interesa
el átomo, la reina, el complemento.
Poder, y no fingir, que las princesas
rigen tiranamente el pensamiento.
Pues vivir es soñar, y viceversa:
Se llama adolescencia. No hay más cuento.
Juan Andivia Gómez (20 de febrero, 2008)
7 comentarios:
Me gusta mucho pero hay mas cosas en la adolescencia no solo eso. Por lo menos eso creo.
Estoy de acuerdo.
Escribiré veinte más.
J.A.G.
Muy bueno, profesor =)
Arggg ¿es que sólo dos personas leemos este blog?
No cuatro.
Que pasa que ami no me contais ¿noo? jajaja
Es que con todo el lío de las vacaciones se me había olvidado mirar el blog!!
Lo siento entonces 5 ^^
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